viernes, 9 de noviembre de 2007

BlackBird

Por Luisa Ballentine

Una de las posibilidades más valiosas del arte es la prerrogativa de plantear temas y puntos de vista que la realidad considera inadecuados y que prefiere ignorar.

Es el caso de BlackBird de David Harrower, donde una joven hermosa, interpretada en este caso por Miriam Heard, llega de sorpresa a visitar a un hombre mayor, Hugo Medina, que no veía desde años... desde aquel tiempo en que él abusó de ella en nombre del amor que decía tenerle.

Podríamos pensar que se trata de una historia donde la víctima decide enfrentar al victimario para limpiar de alguna manera aquel pasado corrosivo, sin embargo las miradas y los recuerdos de ambos sugieren que aquello que consideraron un romance, sigue estando presente en cierto nivel.

Ninguno ha logrado olvidar, y ella se empeña en descubrir si es que aquel hombre que ahora se llama diferente, ha vuelto a estar con otras niñas o si ella fue la única.

Sicológicamente no sólo es posible, sino que ocurre y ha sido documentada la posibilidad de que la víctima mantenga un lazo afectivo, a todas luces insano, con su agresor, y que vea en él una figura a la que desea mantenerse unida.

En este difícil rol femenino, Miriam Heard despliega encanto, emociones encontradas, ira y dulzura; de la mano de un acento extranjero que significa un gran aporte, porque imprime los diálogos de un realismo poco común en un género que debe caracterizarse por la buena pronunciación y las frases precisas, técnica que muy pocos actores dominan a la perfección.

BlackBird es una obra provocadora que no deja indiferente al espectador, y que tiene un interesante vuelco hacia el final. Si bien su estructura dramática es tradicional y escenográficamente no presenta una propuesta muy transgresora, su texto y contenido pueden tener mucho impacto en quienes son más conservadores, pues se toma el derecho que da el arte del teatro para poner sobre el escenario una realidad poco abordada a nivel informativo, como lo es el abuso a menores y el lazo emocional que perdura entre las víctimas y sus victimarios.

BlackBird de David Harrower
Dirección: Heidrun Breier
Elenco: Miriam Heard, Hugo Medina y Elisa Calabrese
Funciones de jueves a sábado a las 21:00 horas, domingo a las 20:00 horas
Teatro del Puente, Parque Forestal s/n, Santiago Centro
$3.000 general, $2.000 estudiantes y tercera edad

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Sicológicamente no sólo es posible, sino que ocurre y ha sido documentada la posibilidad de que la víctima mantenga un lazo afectivo, a todas luces insano, con su agresor, y que vea en él una figura a la que desea mantenerse unida."

Desgraciadamente sí, es así. Doy fe de ello. Y no es tan extraño, no es fácil pasar de querer a una persona a odiarla, requiere su tiempo y es un palo psicológico muy grande.
A ver si tengo tiempo y me acabo blackbird, un saludo

Luisa Ballentine dijo...

Exactamente. Es una interesante obra, ojalá la puedas ver o leer el texto. Saludos.