Una grata sorpresa trae a la cartelera la representación de la obra Ñaque o de piojos y actores. Sorpresa no sólo porque aborda un teatro distinto que habla sobre el pasado de este oficio en España, sino también porque lo hace apelando a la identificación que el público siente con la profesión del artista que sube al escenario.
El elenco es un lujo de la comedia: Ramón Llao y José Martínez, quienes sobre sus hombros cargan el peso de la dramaturgia de José Sanchis, y llevan a escena este retrato del actor contado a través de los tipos de compañía que existían en España hace siglos atrás.
Es una comedia inteligente pues la reflexión es lo que sustenta la gracia y la carcajada. Si bien existe un estereotipo del artista que sobrevive a duras penas de su arte, también es cierto que, a pesar de ello, la sociedad reclama la existencia de quienes sustentan las formas de entretenimiento y que, por lo general, ponen el dedo en la llaga de quien los observa.
Ñaque o de piojos y actores recuerda al teatro callejero. De hecho, Ñaque era, durante el siglo de oro español, el tipo de compañía formada por dos integrantes que a duras penas sobrevivían su periplo de pueblo en pueblo. Pocos implementos, fáciles de transportar, brindan a los personajes la posibilidad de crear ese mundo andrajoso que poco tiene del glamour que a veces pensamos que existe sobre las tablas. Acá el gesto, el cuerpo y la voz son lo más importante, junto con el público, que a ratos es el tercero en juego.
Hay que aprovechar el arribo de buenos proyectos culturales como el que plantea el equipo ejecutor de esta obra, quienes saldrán de gira a mostrar su buen trabajo. Es un respiro para el espectador poder enfrentarse a comedias trabajadas donde existe una propuesta argumental seria que va emparentada con la risa sin por ello ser simplista ni apelar al chiste fácil.
Un gran texto, un gran elenco y una sintonía a toda prueba con el público, hacen de Ñaque o de piojos y actores una obra imperdible.
¿Cuándo y dónde? Ver ficha en Solo Teatro.
El elenco es un lujo de la comedia: Ramón Llao y José Martínez, quienes sobre sus hombros cargan el peso de la dramaturgia de José Sanchis, y llevan a escena este retrato del actor contado a través de los tipos de compañía que existían en España hace siglos atrás.
Es una comedia inteligente pues la reflexión es lo que sustenta la gracia y la carcajada. Si bien existe un estereotipo del artista que sobrevive a duras penas de su arte, también es cierto que, a pesar de ello, la sociedad reclama la existencia de quienes sustentan las formas de entretenimiento y que, por lo general, ponen el dedo en la llaga de quien los observa.
Ñaque o de piojos y actores recuerda al teatro callejero. De hecho, Ñaque era, durante el siglo de oro español, el tipo de compañía formada por dos integrantes que a duras penas sobrevivían su periplo de pueblo en pueblo. Pocos implementos, fáciles de transportar, brindan a los personajes la posibilidad de crear ese mundo andrajoso que poco tiene del glamour que a veces pensamos que existe sobre las tablas. Acá el gesto, el cuerpo y la voz son lo más importante, junto con el público, que a ratos es el tercero en juego.
Hay que aprovechar el arribo de buenos proyectos culturales como el que plantea el equipo ejecutor de esta obra, quienes saldrán de gira a mostrar su buen trabajo. Es un respiro para el espectador poder enfrentarse a comedias trabajadas donde existe una propuesta argumental seria que va emparentada con la risa sin por ello ser simplista ni apelar al chiste fácil.
Un gran texto, un gran elenco y una sintonía a toda prueba con el público, hacen de Ñaque o de piojos y actores una obra imperdible.
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