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Por Luisa Ballentine
Cuando las reseñas de “On osmos adan”, la nueva propuesta teatral de Pato Pimienta, señalan que se trata de un montaje marcado por la hilaridad, aciertan 100 por ciento con la característica central que se observa en el escenario.
A diferencia de la dramaturgia clásica que se aprecia por estos días en la cartelera teatral, “On osmos adan” reúne todos los elementos de lo que se podría considerar post post post moderno: banda de rock en vivo sobre las tablas, interacción con el público para que decida el final, elencos disfuncionales y mucho absurdo, pero del básico.
La historia gira en torno a una particular familia en donde una de las hermanas gemelas es hombre y el padre vive obsesionado por la figura de Humberto Maturana. Al llegar a la casa nueva, reciben una planta, cuya presencia marcará el resto del desarrollo.
De esta propuesta se pueden rescatar especialmente los personajes, que logran caracterizar impecablemente los bizarros diálogos que sostienen. También la agilidad de las escenas, que se van sucediendo una tras otra sin permitir que el espectador se duerma o recuerde que a esa hora se está dando tal película en la tele.
“On osmos adan”, que al derecho significa “No somos nada”, tiene como público objetivo aquel que disfruta de la experimentación, lo impredecible y lo extravagante. Aquel que gusta de escenografías magras, pero coloridas, y de lo exótico.
No es un montaje para un público tradicional, sí en cambio para aquellos que buscan la sorpresa y la variedad... que a fin de cuentas, es en donde está el gusto.
Cuando las reseñas de “On osmos adan”, la nueva propuesta teatral de Pato Pimienta, señalan que se trata de un montaje marcado por la hilaridad, aciertan 100 por ciento con la característica central que se observa en el escenario.
A diferencia de la dramaturgia clásica que se aprecia por estos días en la cartelera teatral, “On osmos adan” reúne todos los elementos de lo que se podría considerar post post post moderno: banda de rock en vivo sobre las tablas, interacción con el público para que decida el final, elencos disfuncionales y mucho absurdo, pero del básico.
La historia gira en torno a una particular familia en donde una de las hermanas gemelas es hombre y el padre vive obsesionado por la figura de Humberto Maturana. Al llegar a la casa nueva, reciben una planta, cuya presencia marcará el resto del desarrollo.
De esta propuesta se pueden rescatar especialmente los personajes, que logran caracterizar impecablemente los bizarros diálogos que sostienen. También la agilidad de las escenas, que se van sucediendo una tras otra sin permitir que el espectador se duerma o recuerde que a esa hora se está dando tal película en la tele.
“On osmos adan”, que al derecho significa “No somos nada”, tiene como público objetivo aquel que disfruta de la experimentación, lo impredecible y lo extravagante. Aquel que gusta de escenografías magras, pero coloridas, y de lo exótico.
No es un montaje para un público tradicional, sí en cambio para aquellos que buscan la sorpresa y la variedad... que a fin de cuentas, es en donde está el gusto.
“On osmos adan”
Dirección: Pato Pimienta
Elenco: Alejandra Zarricueta, Enoe Carolina Coulon, Sofía Stefoni, Ángel Fuentes, Juan Pablo Iriarte, Álvaro Pizarro.
Funciones: viernes y sábado a las 21:00 horas, domingo 20:00 horas. Sólo hasta el 1º de abril.
Anfiteatro del Museo Nacional de Bellas Artes, Parque Forestal s/n, Santiago Centro.
Entrada: $3.500.
Dirección: Pato Pimienta
Elenco: Alejandra Zarricueta, Enoe Carolina Coulon, Sofía Stefoni, Ángel Fuentes, Juan Pablo Iriarte, Álvaro Pizarro.
Funciones: viernes y sábado a las 21:00 horas, domingo 20:00 horas. Sólo hasta el 1º de abril.
Anfiteatro del Museo Nacional de Bellas Artes, Parque Forestal s/n, Santiago Centro.
Entrada: $3.500.
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