Por Luisa Ballentine
Un elenco de siete actores, más diseñadores gráficos y músicos, son quienes dan vida a esta epopeya cotidiana que retrata la fusión de la vida de los vecinos de un edificio un día cualquiera y cómo sus vidas cambiarán a partir de entonces. Se trata de Mi joven corazón idiota, una obra de Anja Hilling, quien exhibe una dramaturgia ágil, precisa, utilizando un narrador para hilar a los personajes entre sí.
En esta cuarta temporada, la compañía Niños Prodigio bajo la dirección de Francisca Bernardi, quien es también la adaptadora del texto, se encuentra en su punto más alto del trabajo teatral, especialmente en lo relativo a coordinación y precisión de la vertiginosa puesta en escena.
Mi joven corazón idiota es un montaje que se construye en directo a través de su escenografía, un recurso mágico que se proyecta por cuatro máquinas que en tiempo real reproducen los ambientes en que los personajes se desenvuelven. Todo de la mano de la música en vivo que aporta grandemente a la articulación de las distintas escenas.
Como grupo, la compañía Niños Prodigio destaca en su totalidad. El trabajo individual de cada uno de sus integrantes contribuye a la construcción de la gran sinfonía que el espectador observa y escucha. Las actuaciones, así como las ilustraciones gráficas del momento, están exactamente donde tienen que estar y cumplen a cabalidad el objetivo de dar vida a una obra diferente y contemporánea.
Por algo Mi joven corazón idiota continúa presentándose y llenando las salas, pues tiene credenciales más que suficientes para encantar a todo tipo de espectador y generar una visión fresca acerca de lo que puede ofrecer el teatro emergente.
¿Cuándo y dónde? Ver ficha en Solo Teatro.
Un elenco de siete actores, más diseñadores gráficos y músicos, son quienes dan vida a esta epopeya cotidiana que retrata la fusión de la vida de los vecinos de un edificio un día cualquiera y cómo sus vidas cambiarán a partir de entonces. Se trata de Mi joven corazón idiota, una obra de Anja Hilling, quien exhibe una dramaturgia ágil, precisa, utilizando un narrador para hilar a los personajes entre sí.
En esta cuarta temporada, la compañía Niños Prodigio bajo la dirección de Francisca Bernardi, quien es también la adaptadora del texto, se encuentra en su punto más alto del trabajo teatral, especialmente en lo relativo a coordinación y precisión de la vertiginosa puesta en escena.
Mi joven corazón idiota es un montaje que se construye en directo a través de su escenografía, un recurso mágico que se proyecta por cuatro máquinas que en tiempo real reproducen los ambientes en que los personajes se desenvuelven. Todo de la mano de la música en vivo que aporta grandemente a la articulación de las distintas escenas.
Como grupo, la compañía Niños Prodigio destaca en su totalidad. El trabajo individual de cada uno de sus integrantes contribuye a la construcción de la gran sinfonía que el espectador observa y escucha. Las actuaciones, así como las ilustraciones gráficas del momento, están exactamente donde tienen que estar y cumplen a cabalidad el objetivo de dar vida a una obra diferente y contemporánea.
Por algo Mi joven corazón idiota continúa presentándose y llenando las salas, pues tiene credenciales más que suficientes para encantar a todo tipo de espectador y generar una visión fresca acerca de lo que puede ofrecer el teatro emergente.
¿Cuándo y dónde? Ver ficha en Solo Teatro.
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