Quién no recuerda a Marmaduque Grove, el personaje, el hito, la leyenda del socialismo temprano que durante el agitado período político del Chile de comienzos del siglo XX, dio forma a una revolución que no alcanzó a ser tal.
Tomando esta figura, la compañía La Batería, construye una historia llena de equivocaciones y falsas lealtades que comienza con Marmaduque en el extranjero intentando dar forma al golpe de Estado que instalaría el primer gobierno socialista en nuestro país.
El avión rojo es una comedia. Al principio parece ser algo serio, pero luego comprendemos que la risa es el motor que guía al observador. Como en toda comedia inteligente, nos terminamos riendo de nosotros mismos reflejados en las tablas. Nos reímos del fracaso, de la perseverancia que se pone en algunos proyectos que terminan saliendo de un modo completamente distinto al esperado.
El uso de los recursos técnicos es importante. Hay humo, juegos de luces y una gran escenografía industrial en la que pareciera que las acciones suceden dentro de algún tipo de fábrica. La fábrica de los sueños incoherentes de Marmaduque, tal vez, donde también tienen un lugar personajes como Pedro de Valdivia, Manuel Rodríguez y el mismísimo Carlos Caszely, a quien se representa, por supuesto, errando el penal. Es la metáfora de un país al que se le dobla la garrocha siempre antes del salto mientras suena una música de chascarro de fondo.
El elenco es impecable. Pablo Krögh es el encargado de guiar esta aventura en la piel de Grove, comandando un séquito de actores consagrados que funcionan como un reloj sobre el escenario, orquestando coreografías y batallas a mano armada.
Es un deleite para el público que la cartelera provea este tipo de montajes, llenos de ironía, de gracia, de diversión, y a cargo de una compañía que se toma su trabajo en serio y brinda grandes momentos que acercan, a los más alejados, a las artes escénicas.
¿Cuándo y dónde? Ver ficha en Solo Teatro.
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