Por Luisa Ballentine
Una estética purista con una escenografía mínima es lo que primero que llama la atención en esta obra que ya tuvo una temporada en Lastarria 90 y que actualmente se repone en Espaciocal.
Dos hermanas prácticamente opuestas, se reúnen en la sala de espera de un hospital, aguardando por algún momento detenido en el pasado que las separó y las llevó por distintos caminos.
Tras la muerte del padre, ambas se recriminan las ausencias sin poder escapar de ese reducto blanco y rojo a veces interrumpido por la presencia de alguna enfermera; aprovechando los escasos instantes en que se permiten recordar tiempos mejores y reír juntas.
Hospital es la locación, que podría haber sido cualquier otro lugar, pero que resalta especialmente algunas cualidades humanas. El tener que mantener cierta compostura y observancia, así como guardar respeto por la institucionalidad médica, dota de cierta aura la obra que, de haber sido ubicada en otro contexto, habría requerido de una mecánica distinta en la dirección de actuación.
Las personalidades estereotipadas: la hermana contenida por un lado, y la extrovertida por otro, logran convencer y mostrar abismos más allá de lo que desean aparentar ante la otra. A eso se suma la presencia intermitente de la enfermera que trasciende la decoración y permite recordar que todo este diálogo íntimo y revelador se está dando en un lugar público, muy extremadamente público quizás, donde todo lo relativo al hombre convive mostrando casi siempre un sólo lado: la decadencia de la vida.
Los recursos son pocos, pero están bien articulados y funcionan construyendo una totalidad interesante desde el punto de vista de la puesta en escena y del discurso. Sólo un poco más de agilidad en la dramaturgia podría aportar ese extra, ese valor agregado que se echa de menos.
No hay que perder de vista que por mucho que se desee recrear la vida real minuto a minuto, el teatro es espectáculo, y el espectáculo debe crear un universo nuevo lleno de atracciones que si no están en la realidad, el artista debe hacer aparecer a como dé lugar y como por arte de magia.
Consulta la cartelera teatral de Santiago en www.soloteatro.cl
Una estética purista con una escenografía mínima es lo que primero que llama la atención en esta obra que ya tuvo una temporada en Lastarria 90 y que actualmente se repone en Espaciocal.
Dos hermanas prácticamente opuestas, se reúnen en la sala de espera de un hospital, aguardando por algún momento detenido en el pasado que las separó y las llevó por distintos caminos.
Tras la muerte del padre, ambas se recriminan las ausencias sin poder escapar de ese reducto blanco y rojo a veces interrumpido por la presencia de alguna enfermera; aprovechando los escasos instantes en que se permiten recordar tiempos mejores y reír juntas.
Hospital es la locación, que podría haber sido cualquier otro lugar, pero que resalta especialmente algunas cualidades humanas. El tener que mantener cierta compostura y observancia, así como guardar respeto por la institucionalidad médica, dota de cierta aura la obra que, de haber sido ubicada en otro contexto, habría requerido de una mecánica distinta en la dirección de actuación.
Las personalidades estereotipadas: la hermana contenida por un lado, y la extrovertida por otro, logran convencer y mostrar abismos más allá de lo que desean aparentar ante la otra. A eso se suma la presencia intermitente de la enfermera que trasciende la decoración y permite recordar que todo este diálogo íntimo y revelador se está dando en un lugar público, muy extremadamente público quizás, donde todo lo relativo al hombre convive mostrando casi siempre un sólo lado: la decadencia de la vida.
Los recursos son pocos, pero están bien articulados y funcionan construyendo una totalidad interesante desde el punto de vista de la puesta en escena y del discurso. Sólo un poco más de agilidad en la dramaturgia podría aportar ese extra, ese valor agregado que se echa de menos.
No hay que perder de vista que por mucho que se desee recrear la vida real minuto a minuto, el teatro es espectáculo, y el espectáculo debe crear un universo nuevo lleno de atracciones que si no están en la realidad, el artista debe hacer aparecer a como dé lugar y como por arte de magia.
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