Por Luisa Ballentine
Basado en la obra “Tío Vania” de Antón Chéjov, el director Iván Parra lleva a escena este inspirado montaje que actualiza el clásico gracias a su espíritu atemporal que lo hace imperecedero.
Ensayo sobre tío Vania es una propuesta fresca ejecutada por jóvenes actores que encarnan personajes de definido carácter donde es claro el rol de cada uno ante la figura del profesor que ha hecho sucumbir las vidas de todos ellos ante la suya.
Es una rebelión interna que nunca termina de concretarse. El deseo de lograr cosas imposibles, una amada, un reconocimiento, fama, fortuna. La decadencia de vivir en torno al trabajo de otro anhelando lo que posee sin poder arrebatarlo para sí mismo. Ése es tío Vania, el protagonista que ha vivido a la sombra y que es presa de la locura como única salida a su encierro personal.
Una de las salas del Museo de Arte Contemporáneo de Matucana es la que recibe esta obra. Se trata de un espacio poco convencional al que la compañía debió adaptarse, por lo que la creatividad en el uso de la iluminación y la música es la única herramienta posible de ocupar en un espacio que sólo brinda lo que brindaría cualquier living.
Sin embargo, a pesar de que las luces y los sonidos despliegan su arte en muy pocos momentos, el efecto de la lluvia atravesando los jardines que se evocan desde la sala, permite situar al espectador, desde un caluroso marzo, en el invierno cruel que ha adormecido las personalidades de quienes intentan sobrevivirlo. Es un recurso que cautiva y que eleva la puesta en escena a un nivel más alto de producción, logrando conquistar la necesidad del observador de sentirse de la escena.
Si bien la duración de Ensayo sobre tío Vania se eleva sobre la hora y media, el tránsito es ágil, los actos están bien marcados y es posible disfrutarla sin sentir el tedio del tiempo en una obra clásica, cuyo desarrollo suele ser más lento de lo aconsejado para nuestros tiempos.
Bien por el joven elenco que exhibe gran talento y preparación en el escenario, bien por el rescate de este clásico y por la creatividad con que se resuelve la ausencia de un espacio técnico ideado para el teatro. Un gran logro del teatro que podemos observar por estos días.
¿Cuándo y dónde? Ver ficha en Solo Teatro.
Basado en la obra “Tío Vania” de Antón Chéjov, el director Iván Parra lleva a escena este inspirado montaje que actualiza el clásico gracias a su espíritu atemporal que lo hace imperecedero.
Ensayo sobre tío Vania es una propuesta fresca ejecutada por jóvenes actores que encarnan personajes de definido carácter donde es claro el rol de cada uno ante la figura del profesor que ha hecho sucumbir las vidas de todos ellos ante la suya.
Es una rebelión interna que nunca termina de concretarse. El deseo de lograr cosas imposibles, una amada, un reconocimiento, fama, fortuna. La decadencia de vivir en torno al trabajo de otro anhelando lo que posee sin poder arrebatarlo para sí mismo. Ése es tío Vania, el protagonista que ha vivido a la sombra y que es presa de la locura como única salida a su encierro personal.
Una de las salas del Museo de Arte Contemporáneo de Matucana es la que recibe esta obra. Se trata de un espacio poco convencional al que la compañía debió adaptarse, por lo que la creatividad en el uso de la iluminación y la música es la única herramienta posible de ocupar en un espacio que sólo brinda lo que brindaría cualquier living.
Sin embargo, a pesar de que las luces y los sonidos despliegan su arte en muy pocos momentos, el efecto de la lluvia atravesando los jardines que se evocan desde la sala, permite situar al espectador, desde un caluroso marzo, en el invierno cruel que ha adormecido las personalidades de quienes intentan sobrevivirlo. Es un recurso que cautiva y que eleva la puesta en escena a un nivel más alto de producción, logrando conquistar la necesidad del observador de sentirse de la escena.
Si bien la duración de Ensayo sobre tío Vania se eleva sobre la hora y media, el tránsito es ágil, los actos están bien marcados y es posible disfrutarla sin sentir el tedio del tiempo en una obra clásica, cuyo desarrollo suele ser más lento de lo aconsejado para nuestros tiempos.
Bien por el joven elenco que exhibe gran talento y preparación en el escenario, bien por el rescate de este clásico y por la creatividad con que se resuelve la ausencia de un espacio técnico ideado para el teatro. Un gran logro del teatro que podemos observar por estos días.
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