jueves, 24 de junio de 2010

Las analfabetas

Por Luisa Ballentine

Es un verdadero placer cuando el elenco de una obra está tan compenetrado con el texto que resulta imposible poder imaginar a otros en el escenario. Eso es lo que sucede en Las analfabetas y a ello contribuye el que Pablo Paredes escribiera el texto especialmente para Paly García y Valentina Muhr, cuyas interpretaciones son simplemente perfectas.

Al comienzo da un poco de miedo el personaje de Muhr (Jacqueline) por el estereotipo de mujer tímida y apocada que representa y que parece no salir del molde, sin embargo, sucede todo lo contrario y se puede apreciar la vida fluyendo dentro de su cuerpo y la lucha consigo misma para sacar todo eso que tiene encerrado.

La historia evidente de Las analfabetas es sencilla: una mujer que necesita aprender a leer y una maestra que le enseña a pesar de su mala actitud. Lo que hay que detrás de eso es lo que resulta más interesante: por algo la obra se titula en plural, ¿si una de las mujeres literalmente no sabe leer, de qué es analfabeta la otra?

Inquietante cuestionamiento que permite reflexionar en torno a lo que se entregan mutuamente. El analfabetismo tiene que ver con la imposibilidad de leer y escribir; pero metaforizándolo podría ser también la incapacidad de vivir, de dejarse llevar, de impedir que los años pasen en vano. Ximena, en la piel de García, siente la necesidad de que su profesora sea menos profesora, sea más mujer, se libere. En ese sentido está también enseñando algo, algo que no aprendió en la escuela ni lo estudió cinco años en la facultad.

Las analfabetas nos muestra a dos mujeres que se encuentran en un particular momento de su vida y que coinciden porque se necesitan. No pueden dejarse ya. Deben permanecer unidas. Es una obra íntima, femenina y al mismo tiempo universal, con un final que se burla de todos, incluidos nosotros como espectadores. Un gran trabajo que vale la pena ver y que esperamos tenga nuevas temporadas en cartelera.

¿Cuándo y dónde? Ver ficha en Solo Teatro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

no estoy de acuerdo, encontre muy mala la obra... pero bueno , viva la libertad de expresion!

Luisa Ballentine dijo...

Y vivan las opiniones con nombre y apellido!

Anónimo dijo...

A huevo, esta reculera